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Automatización inteligente para empresas vitivinícolas

La elaboración de un vino excepcional requiere precisión, cuidado e innovación. Desde el control de la temperatura óptima hasta la prevención de pérdidas innecesarias de producto, nuestras soluciones te ayudan a proteger tu vino, tus instalaciones y el medio ambiente.

Para abordar estos retos y ofrecer perspectivas prácticas, entrevistamos a Darryl Blackeby, experto en soluciones digitales y automatización en ifm Australia. Basándose en sus muchos años de experiencia, recomienda a las empresas vitivinícolas confiar en soluciones inteligentes adaptadas específicamente a sus requisitos para alcanzar los más altos niveles de calidad y optimizar sus procesos de producción. Descubre cómo ifm puede ayudarte a combinar con éxito el trabajo manual tradicional con la moderna tecnología de la vitivinicultura.

Garantía de calidad gracias al control de la temperatura

El mantenimiento de la temperatura adecuada es el factor más importante para la producción de vino. Mediante el control de la temperatura, los productores pueden mejorar de manera precisa el aspecto y el sabor de su vino.

"Para lograr un vino de calidad es especialmente importante realizar un control constante de la temperatura durante la fermentación y el procesamiento. Las fuertes fluctuaciones no solo afectan al sabor y al aspecto del vino, sino que también pueden comprometer la seguridad general del producto", afirma Darryl Blackeby, experto en soluciones digitales y automatización en ifm Australia, país conocido mundialmente por sus vinos.

A pesar de las ventajas de la automatización del control de la temperatura, muchas bodegas siguen supervisando la temperatura del vino manualmente. ¿Por qué? Las soluciones de automatización solían ser costosas, complejas y difíciles de integrar. Sin embargo, hoy en día no tiene por qué ser así.

La cuestión fundamental es si los vitivinicultores aún se pueden permitir prescindir del control automatizado de la temperatura para la monitorización remota de la fermentación. El uso de métodos manuales puede dar lugar a mediciones de temperatura inexactas o inconsistentes, causando un enfriamiento en el momento equivocado.

"Para poder seguir siendo competitivas teniendo en cuenta la situación del mercado, la escasez de mano de obra agrícola y las influencias medioambientales cada vez más extremas que afectan al rendimiento de la cosecha, las empresas vitivinícolas están obligadas a ganar en eficiencia", prosigue Blackeby. "Una forma de aumentar la eficiencia es mediante la monitorización remota del control de la temperatura, que se puede programar para enfriar únicamente en los momentos de mayor eficiencia energética. Por ejemplo, si la bodega cuenta con una instalación fotovoltaica, el enfriamiento se puede realizar durante el día; en caso contrario, se realiza por la noche, cuando los precios son más bajos".

Según Darryl Blackeby, ifm ofrece varias soluciones de automatización rentables y fáciles de instalar para las pequeñas y medianas empresas del sector vitivinícola: "Podemos conectar sensores de temperatura inteligentes a bloques de E/S e instalarlos en pequeños armarios de control o directamente sobre el terreno,", explica. "Los bloques de E/S inteligentes se usan en paralelo en cuatro tanques y se conectan a un sistema de control central o a una pantalla HMI (interfaz hombre-máquina) con función de monitorización remota. También hay disponibles salidas para el control opcional de válvulas magnéticas de enfriamiento y calefacción". Como alternativa, se pueden conectar los sensores de temperatura existentes a una pequeña pantalla en el tanque de vino para el control de las válvulas magnéticas de enfriamiento y calefacción de este tanque.

Blackeby recomienda a las bodegas contactar con ifm para obtener asesoramiento acerca de los productos y consejos sobre cómo empezar a utilizar el control automático de la temperatura. Además, subraya que las soluciones de ifm están especialmente diseñadas para facilitar la implementación y conseguir un rápido retorno de la inversión. "El sistema inteligente de bloques de E/S ya viene preprogramado, por lo que solo será necesario ajustar la temperatura del tanque y los tiempos de enfriamiento. Recomendamos recurrir a un electricista local; por nuestra parte, estaremos encantados de prestar asesoramiento y apoyo en cualquier aspecto relacionado con la automatización".

Minimización de las pérdidas de producción

El desbordamiento de un tanque en una bodega de la provincia italiana de Treviso, que causó la pérdida de más de 30 000 litros de Prosecco, captó la atención de los medios de todo el mundo.

Aunque se trata de un ejemplo extremo, el desbordamiento de los tanques es efectivamente un problema frecuente en las bodegas, que a menudo ocasiona costosas pérdidas de producto, así como costes adicionales de mano de obra y mantenimiento.

El hecho es que estas pérdidas innecesarias de producto por un llenado excesivo de los tanques se pueden evitar: "Muchas bodegas siguen operando de forma totalmente manual. Es posible que los tanques de llenado no dispongan de sensor de nivel o, en su lugar, tengan un interruptor mecánico de accionamiento manual, que es susceptible a atascos y no es una solución fiable para evitar el sobrellenado", apunta Darryl Blackeby, experto de ifm. "El desbordamiento de los tanques no es infrecuente en las bodegas: basta un breve momento de descuido durante el proceso de llenado para que ocurra". Pero esto se puede evitar.

Mediante el uso de interruptores de nivel electrónicos y de sensores, se puede controlar el nivel de llenado y evitar con garantía el desbordamiento. Según el tamaño y la cantidad de tanques, es posible utilizar sensores de nivel, o bien sensores de presión o por radar.

Darryl Blackeby Experto de ifm en soluciones digitales y automatización

Además de la pérdida de vino, la fuga de un producto también tiene consecuencias medioambientales: "En caso de derrame de un tanque, también se debe considerar su impacto en el medio ambiente. Los costes de eliminación van más allá del propio producto, ya que el líquido derramado debe ser tratado en una planta de tratamiento de aguas residuales, lo que puede suponer una pesada carga para una bodega pequeña", señala Blackeby. "Todas las empresas productoras de vino deben buscar formas de reducir al mínimo la contaminación de sus aguas residuales, no solo por su propio interés, sino también por el bien de nuestro planeta".

Mediante el uso de sensores diseñados para satisfacer los requisitos de la industria alimentaria y de bebidas, así como para cumplir las normas internacionales de higiene, los vitivinicultores pueden lograr un mejor control de sus procesos.

"Si se conoce el volumen, incluso se pueden emplear caudalímetros en bombas portátiles para los procesos de dosificación y mezclado", añade Blackeby. "Por ejemplo, en tanques de 10 000 litros, donde conocemos y podemos controlar la cantidad de llenado para evitar un desbordamiento".

Blackeby puntualiza que, aunque la automatización de estos procesos implica ciertos costes, la inversión se recupera rápidamente. "Por lo general, los costes de pérdida de producto superan los costes de la inversión en tecnología; de hecho, incluso un solo desbordamiento es suficiente para justificar el uso de esta sencilla solución de supervisión".

Prevención de fallos prematuros en las bombas

Las averías prematuras de las bombas figuran entre los fallos más frecuentes y costosos de la tecnología vitivinícola y suelen ser consecuencia del funcionamiento en seco: un problema que se soluciona fácilmente con un caudalímetro.

Según Darryl Blackeby, las bombas en las bodegas suelen funcionar en seco debido a la falta de supervisión: "Es bastante habitual encontrar bombas vacías, especialmente cuando se contrata personal temporal que no siempre es consciente de las consecuencias de un funcionamiento en seco. Con la ayuda de caudalímetros y sensores de nivel, podemos evitar esto o incluso supervisar las bombas para detectar cavitación".

También se pueden evitar otros fallos haciendo que los procesos de la máquina sean transparentes.

"Supervisando las vibraciones y otros parámetros por medio de sensores y sencillos sistemas de control, podemos evitar fallos mecánicos en bombas, centrifugadoras, instalaciones envasadoras y cualquier otra máquina rotativa", dice Blackeby. "Junto con nuestros clientes del sector vitivinícola, encontramos soluciones que les resulten rentables y beneficiosas. Y existen varias formas sencillas de hacer visibles los procesos en las instalaciones críticas, previniendo fallos e interrupciones imprevistas del funcionamiento".

En la supervisión de las bombas, un caudalímetro avisa si la bomba no está recibiendo suficiente líquido y la desconecta antes de que pueda fallar.

"Nuestras soluciones tecnológicas se han diseñado para proteger lo que es importante para los clientes. Cada empresa es diferente. En colaboración con ellos, encontraremos la solución más económica y práctica para proteger las instalaciones críticas".

Protección del medio ambiente contra las aguas residuales vitivinícolas

El tratamiento de las aguas residuales es uno de los procesos más importantes para las empresas del sector vitivinícola: los residuos generados durante la elaboración de vino se deben eliminar adecuadamente para evitar la contaminación ambiental.

En cuanto a la protección del medio ambiente, las empresas productoras de vino están obligadas a cumplir los requisitos de las autoridades locales, así como de las instituciones nacionales de protección medioambiental.

"El tratamiento de las aguas residuales generadas durante la producción de vino es una cuestión de gran importancia debido al riesgo de contaminación del suelo, las aguas subterráneas y las aguas superficiales", afirma Blackeby. "Para proteger los ecosistemas, las autoridades responsables ya no permiten vertidos en medios acuáticos; por lo que la eliminación de las aguas residuales en tierra es cada vez más habitual".

Por este motivo, las soluciones de supervisión son indispensables.

"Todo lo que se encuentra en las aguas residuales de una bodega proviene del proceso de elaboración del vino: residuos y zumo de uva, alcohol, restos de azúcar y sustancias químicas de los productos de limpieza", explica Blackeby. "Un control desde el principio de lo que entra en los flujos de residuos suele ser la mejor protección contra la contaminación. Aquí es donde entra en juego la supervisión".

Como proveedor de soluciones digitales, sensores y tecnología de automatización, ifm puede prestar una ayuda eficaz a las bodegas en esta tarea, por ejemplo, con soluciones para la supervisión del nivel, el caudal y la presión en las plantas de tratamiento de aguas residuales.

"La reducción de los desbordamientos también contribuye a disminuir la contaminación de las aguas residuales, ya que no es necesario procesar tanta agua: una cuestión importante que se puede gestionar mediante la supervisión del nivel, la temperatura y el caudal", dice Blackeby. "Otra cuestión importante son las bombas. Podemos garantizar que no fallen supervisando las vibraciones".

Identificación segura de barriles de vino

¿Cómo identificas tus barriles de vino? La tiza se borra rápidamente. Pero existe un método infalible para la identificación de barriles.

Las etiquetas RFID o los códigos de barras son una manera sencilla y eficaz de identificar de forma segura los barriles en la bodega.

Los barriles pueden ser difíciles de localizar en una bodega si no se registra claramente su posición o si se cambian de lugar durante la limpieza. Mediante una etiqueta RFID o un código de barras y el correspondiente software Track & Trace, se puede identificar el contenido del barril de forma fiable.

Darryl Blackeby Experto de ifm en soluciones digitales y automatización

Aunque esta tecnología existe, Darryl Blackeby sostiene que las bodegas más pequeñas suelen emplear métodos manuales de identificación: "No es recomendable utilizar tiza ni pegatinas para el marcado, ya que se pueden estropear o volver ilegibles en caso de derrame", declara. "Además, la identificación digital de los barriles permite su seguimiento".

La trazabilidad es clave para garantizar la calidad; y en tiempos en los que circulan tantas falsificaciones, se trata de un requisito cada vez más demandado.

"Existen varias razones a favor de la trazabilidad digital en la bodega: una de ellas es poder demostrar la autenticidad de los vinos, ya que hay muchas falsificaciones; y otra es la necesidad de garantizar la calidad", precisa Blackeby. "La trazabilidad crea un sistema sólido que asegura la calidad y verifica la autenticidad de los productos a lo largo de toda la cadena de suministro".

A las empresas vitivinícolas que duden si vale la pena invertir en tecnología Track & Trace, Blackeby les recomienda hablar con los expertos de ifm para evaluar las posibles soluciones: "Probablemente los costes serán mucho menores de lo que se pensaba y las ventajas superarán con creces la inversión inicial necesaria para la implementación de un sistema de este tipo. Ya hemos trabajado con muchas bodegas y estaremos encantados de compartir nuestros conocimientos y experiencia".