Ligero, pequeño y resistente
El diseño extremadamente compacto muestra sus puntos fuertes en las aplicaciones donde solo se dispone de espacio limitado de instalación para los sensores o donde el peso adicional debe mantenerse bajo: en la automatización de fábricas, en máquinas herramienta o en brazos de robots de movimiento rápido. El detector en miniatura gana puntos con sus alcances, que no tienen nada que envidiar a los de los modelos más grandes. La carcasa de acero inoxidable le hace extremadamente resistente y el rango de temperatura de -40 a 85 °C permite su utilización en la industria alimentaria.
Para simplificar la instalación en espacios limitados, los perfiles de rosca están adaptados perfectamente entre sí. Esto permite enroscar el detector en el taladro previsto tanto por delante como por detrás. Cuatro LED dispuestos en ángulo de 90° permiten el control visual del estado de conmutación en cada posición.